Hoy en FLACSO se realizó la charla “Libertad de expresión, privacidad y
responsabilidad de intermediarios” para intercambiar puntos de vista
sobre estos temas como actividad previa a la Cumbre Global de Creative
Commons que empieza mañana.
Seis hombres ciegos tocan un elefante. La misión de cada uno es
comprender cómo es el animal y después contarlo. Al momento del relato,
uno dice que el elefante se parece a una vasija, o a un cepillo o una
columna o un muro. Cada uno cuenta, claro, a qué se parece la parte que
pudo palpar. Es una parábola, nacida en la India, para reflexionar sobre
lo difícil que es conocer la realidad. “Internet parece un elefante”,
fue lo primero que dijo Enrique Chaparro, presidente de la asociación
Vía Libre, al inaugurar hoy la jornada de debates académicos
“Regulaciones y derechos en Internet”. “La única forma de comerse un
elefante es de a pedacitos”, dijo después para invitar a cada panelista a
dar su mirada sobre el tema.
Las regulaciones de las comunicaciones de Internet escalan en la agenda
pública como tema de interés. Casos de resonancia internacional como el
de Edward Snowden, que reveló cómo el gobierno de Estados Unidos espió a
sus ciudadanos, y los incesantes conflictos por la propiedad
intelectual van haciendo que el tema deje de ser una cuestión de
expertos -académicos, abogados, técnicos- para convocar a un debate de
la sociedad civil cada vez más amplio.
Hoy en la sede de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
(FLACSO), en la ciudad de Buenos Aires, se realizó la charla “Libertad
de expresión, privacidad y responsabilidad de intermediarios” para
intercambiar puntos de vista sobre estos temas como actividad previa a
la Cumbre Global de Creative Commons que empieza mañana.
Representantes del sector privado, académicos e integrantes de
organizaciones de la sociedad civil discutieron sobre los distintos
aspectos que rodean el espinoso asunto de la regulación de las
comunicaciones en Internet.
En especial, se habló de la responsabilidad de los intermediarios. Es
decir sobre cómo se regula la responsabilidad sobre los contenidos que
debería tener un buscador (Google, The Pirate Bay, por ejemplo), la
plataforma (Youtube, Wordpress, Facebook, etc.) o la página web (un
diario en el que los usuarios postean comentarios, por ejemplo). Este
problema aparece claramente cuando, por ejemplo, una editorial demanda a
Taringa porque un usuario compartió en esa web una copia no legal de un
libro. Hoy, casualmente, se supo que los responsables de Taringa irán a un juicio oral,
en el fuero penal, por un caso de este tipo. ¿Es Taringa responsable
por los enlaces que los usuarios comparten en el sitio? Esta pregunta
integra una de las cuestiones más candentes de la regulación de las
comunicaciones en Internet.
Eleonora Rabinovich, integrante de la Asociación de Derechos Civiles,
planteó un mapa de otras cuestiones problemáticas en América Latina: los
intentos de regulación del cibercrimen en los que muchas veces se
violan principios establecidos por la ley penal y se establecen
regulaciones que el mundo off line no serían admisibles; la tensión
entre los derechos de autor y los derechos humanos ya que la protección
desproporcionada de los derechos de autor puede avanzar sobre otros
derechos; la brecha digital y, finalmente, los problemas de privacidad y
neutralidad de la red.
Carolina Botero, de la Fundación Karisma de Colombia, planteó que es
necesario transformar la percepción que muchas veces se tienen los
políticos de Internet: “Hay que pasar de la criminalización de internet a
entenderlo como ámbito de ejercicio de derechos”, afirmó.
En este sentido, Martín Becerra, profesor de la Universidad Nacional de
Quilmes, hizo hincapié en la dificultad de traducir los estándares
internacionales de Derechos Humanos a las regulaciones de Internet. “No
es tan automática esa traducción, es un ejercicio que en la práctica se
revela complejo”, afirmó. Becerra consideró que muchos intentos de
legislación del entorno Internet que pueden criticarse por poco
garantistas no siempre se deben a una intención deliberada y clara:
“Esta traducción es compleja y no resulta sencilla. Por supuesto que
existen las presiones y los lobbys pero no es todo presión y lobby”,
destacó.
Martín Wasserman, encargado de Asuntos Gubernamentales de Google, puso
el foco en la cuestión de la responsabilidad de los intermediarios. En
nuestro país, señaló Wasserman, el tema se viene resolviendo por vía
judicial. Este año, por ejemplo, la Cámara Civil y Comercial revocó una
sentencia que obligaba a Google a dar de baja un blog en el que se
criticaba a una empresa de odontología.
Los camaristas antepusieron el derecho a la libertad de expresión al
derecho al honor invocado por la empresa. “¿Cómo manejamos los
conflictos vinculados con el contenido?”, se preguntó el ejecutivo de
Google. “Lo que pasa con los contenidos cuando se genera un conflicto
tiene que ver con la libertad de expresión. ¿Quién dice si un contenido
es o no problemático? ¿Qué contenido se remueve? ¿Se debe remover?”.
Sobre este punto, las organizaciones de la sociedad civil que trabajan
el tema de la responsabilidad de los intermediarios vienen pidiendo que
los contenidos solo puedan ser removidos o bloqueados por una orden
judicial. Por eso, a lo largo de la charla el rol del Poder Judicial fue
tomando mayor dimensión hasta convertirse en parte central de la
discusión.
En la mesa se planteó el debate de que muchos jueces y funcionarios
judiciales no están formados en estas temáticas. Wasserman preguntó
entonces: “¿quién de todos los presentes puede explicar cómo funciona
internet?” Se levantaron pocas manos. Después de una pregunta técnica de
Enrique Chaparro, algunas se bajaron.
“El problema de formación en estos temas, no es de los jueces
solamente. Es general, todos somos usuarios de Internet pero no tenemos
idea de cómo funciona. O no pasa nada y funciona, o pasa de todo y se
está por caer, es como fantasmagórico. El sistema político, el Congreso,
el poder judicial reflejan las faltas de formación básica de esos
temas. Es imposible hacer una buena ley de internet sin saber cómo
funciona”. Wasserman le dio pie a Chaparro, para terminar cómo había
empezado “Estamos como los proverbiales ciegos del cuento, tenemos que
combinar nuestras visiones para componer el mapa del elefante”.
Fuente: http://www.infojusnoticias.gov.ar
∂ Dr. Matias D. Alvarez Chaffer ∂
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